jueves, 17 de enero de 2008

SOLICITUD DE REVISIÓN DE LAS CONDICIONES DE LA SEGUNDA RONDA DE SANEAMIENTO DE GANADO VACUNO PARA EL COLECTIVO DE GANADEROS TRASHUMANTES DE ASTURIAS

(Carta enviada al Ministerio de Medio Ambiente, y a las Consejerías de Medio Ambiente y Medio Rural del Principado)



El Foro Asturiano para el Conocimiento y Desarrollo del Medio Rural (FAR), ha recogido una serie de reclamaciones de ganaderos particulares, y también de diversas juntas ganaderas, en torno a la obligatoriedad de una segunda ronda de saneamiento para el ganado bovino. Hay individuos que se han negado a realizar alguna segunda ronda, y sabemos que ha sido un tema debatido en diversas juntas ganaderas, en alguna de las cuales se estuvo a punto de decidir un plante masivo contra la segunda ronda de saneamiento. En muchos casos existe también cierta expectación y suspicacia entre los ganaderos hacia las posibles medidas que se vayan a tomar al respecto, planteándose incluso alguna movilización para el mes de Febrero. Estudiadas tanto sus razones como las que hacen necesario un seguimiento sanitario continuado de las cabañas ganaderas, los técnicos del FAR quieren instar a la Administración a que reconsideren los términos en que deben realizarse las campañas de saneamiento, con el fin de adecuarlas a las peculiaridades de algunos colectivos.

Si bien en el contexto general de la ganadería intensiva las campañas de saneamiento, tal y como vienen realizándose hoy, no conllevan un perjuicio especial a los ganaderos, en el caso de la ganadería extensiva asturiana, las fechas en que se realizan dichas campañas afectan negativamente a un buen número de ellos. Uno de los pilares básicos en el sostenimiento de la ganadería extensiva en Asturias corresponde al uso de los comunales, un tipo de ganadería fundamental en el Principado por distintos motivos ecológicos, económicos y demográficos. El sistema de trashumancia corta y vertical propia de nuestra región -el brañeo-, colabora en el mantenimiento de unos ecosistemas de montaña que durante miles de años han ido relacionando al ganado con la flora y la fauna silvestres hasta convertirse en un entramado inextricablemente unido. La estabilidad de las poblaciones de diversas especies emblemáticas, como el oso pardo, está relacionada en la Cordillera Cantábrica con la presencia del ganado en el monte durante una buena parte del año. Desde el punto de vista económico, la existencia de una arraigada tradición pastoril permite obtener una rentabilidad de los montes que difícilmente podría ser sustituida por otras alternativas, además de constituir un patrimonio cultural difícilmente mensurable y proporcionar productos alimentarios de una calidad extrema. Desde el punto de vista demográfico, es obvio que Asturias, por sus características topográficas y su dispersión poblacional, posee numerosas aldeas repartidas por toda la geografía cuya supervivencia está basada en buena medida en la ganadería extensiva.

El benigno otoño que caracteriza al clima de gran parte de la montaña asturiana permite con frecuencia subir las reses en Marzo-Abril, y bajarlas entre Noviembre y Diciembre. En algunos lugares concretos y para las reses menos delicadas, incluso puede prolongarse durante más tiempo, hasta que llegue una primera nevada. La escasa rentabilidad de este tipo de ganado depende en gran medida de disminuir al máximo los gastos en su alimentación. Cuanto más meses aguante el ganado en el monte, menor será la cantidad de forraje que se tiene que comprar. Un ganadero que pretenda soltar ganado, por ejemplo, el 20 de Marzo, puede recibir la noticia de que el saneamiento en su aldea será el día 8 de Abril, por lo que no le merece la pena subirlas al puerto para tener que bajarlas todas a casa 15 o 20 días más tarde y vuelta a subirlas otra vez. Tendrá que mantenerlas en la explotación durante ese tiempo, un periodo este de principios de la primavera especialmente duro, con muy pocas posibilidades de obtener alimento en las fincas propias y un precio especialmente elevado del forraje. Mala suerte; las intentará mantener en el puerto hasta entrado Diciembre. La meteorología de ese invierno lo hubiera permitido, pero le llega una carta en la que le avisan de que una segunda ronda de saneamiento llegará a su aldea el 22 de Noviembre. Perderá otros 15 o 20 días de ceba, con la imposibilidad de que, entrado el invierno, las vacas que bajan del monte accedan a subir al puerto otra vez aunque así lo deseara el ganadero. Estos 30 o 40 días de ceba pueden costarle unos 120-180€/cabeza, así que, con que deseara subir al monte por esas fechas, por ejemplo, 20 cabezas, este señor habrá perdido en torno a 3.000€. Si iba a subir 100 ejemplares pierde, obviamente, cerca de 15.000€

Entendiendo la necesidad de que exista un control sanitario que evite la expansión de eventuales epidemias en el ganado doméstico, pensamos que las medidas que tome la Administración deben tener en cuenta las consecuencias que pueden llegar a tener en la población a todos los niveles, no sólo en los aspectos que dan origen a esas medidas, y saber tratar las excepcionalidades como se merecen. El primer saneamiento debe anticiparse a las fechas en que los ganaderos trashumantes pretenden subir al monte y, ya que resulta imposible que un hipotético segundo saneamiento no obligue a un buen número de ganaderos a bajar precipitadamente sus rebaños, esta segunda ronda sólo debería realizarse en algunos casos, áreas y momentos, pero no debe imponerse como norma general en colectivos específicos como los ganaderos que utilizamos los puertos más de cinco meses al año, ya que las fechas en que se realizan obligan a bajar del monte precipitadamente algunas reses, con el consiguiente perjuicio económico que supone.

Frecuentemente, las medidas que plantean las administraciones, que sin duda tienen una base razonable, no tienen en cuenta todos los perjuicios que recaerán sobre los paisanos, ni menos aún las peculiaridades de cada área, básicamente porque son aspectos que se desconocen en detalle. Conociendo el FAR que la Administración está planteándose implantar la obligatoriedad de la segunda ronda de saneamiento, solicita en nombre del colectivo de trashumantes de Asturias que tengan en consideración las peculiaridades del colectivo, tomando medidas que eviten el perjuicio económico de los ganaderos. Las medidas correctoras pueden ser de distinta naturaleza:
-Exención de la segunda ronda a los ganaderos trashumantes, al menos a aquellos que justifiquen un uso de los puertos superior a los cuatro meses al año.
-Si un área es considerada de alto riesgo de epidemia, por ejemplo, por su proximidad a algún caso de brucelosis detectado en la última campaña de saneamiento, los ganaderos que se vean perjudicados deberían recibir las compensaciones económicas oportunas, procedentes de fondos diferentes a los que sufragan las subvenciones que cobran habitualmente.
-Adecuación estricta de las fechas de las distintas campañas a las necesidades de cada ganadero de este colectivo, por ejemplo, previa petición oficial de fechas en la Consejería de turno.

Sin otro particular se despide, atentamente,
Juan Antonio Valladares Álvarez, Coordinador General del Foro Asturiano para el Conocimiento y Desarrollo del Medio Rural



El Mazucu, valle de Caldueñu (Llanes). Paisaje Protegido del Cuera. Foto: Oscar Prada

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